(blog de prueba)
Videtur quod non omne quod videtis in sensum vitae.
quae est ista vita? sine quo nec oculum nec perveniat ubi prospectu convenire?
Aveces miro a un espejo vacio que ya no me refleja, un espejo que me confunde y no muestra tal cual es. Quizás el tampoco se encuentre frente a mi, quizas la vida esta hecha mas que de percepciones. Quizás busco algo que no soy, o busco algo que nunca fui. Busco una imagen de lo que era, algo que desapareció de a poco, que ni cuenta me di. El tiempo pasa eso es seguro, como lo vivas es lo que hará la diferencia. 2008-2019
Videtur quod non omne quod videtis in sensum vitae.
quae est ista vita? sine quo nec oculum nec perveniat ubi prospectu convenire?
Aunque actualmente con la palabra escéptico muchas veces se hace referencia a una persona que no cree en nada, que es pesimista, al analizar la etimología de esta palabra encontraremos que más que "el que no cree" es "el que duda, que investiga". Los escépticos no creían en una verdad objetiva, porque para ellos todo era subjetivo, dependía del sujeto y no del objeto. Por ejemplo un escéptico diría siento frío pero no hace frío, ya que él sólo puede saber que él tiene frío. A esta postura de no emitir juicios, sino exclusivamente opiniones, se la llamó suspensión de juicio. Esta actitud los llevaría a la paz del alma porque, al no creer en nada, no entraban en conflictos con nadie y no se veían obligados a defender sus opiniones ya que, para ellos, no existían verdades objetivas.
Pirrón fue el creador del escepticismo. Un gran viajero que conoció muchas culturas con los ejércitos de Alejandro Magno, cosa que le permitió dudar de las verdades evidentes y tradiciones de su cultura. Se dice que Pirrón llevó al extremo la suspensión de juicio, hasta el punto de sacarse las cuerdas vocales.
El escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda.
A diferencia de los cínicos, su doctrina no está basada tanto en la negación de la filosofía como en la negación de la existencia de un saber objetivo, necesario y universal. Los escépticos creían que todo es tan subjetivo que sólo es posible emitir opiniones.
En algunas versiones (agnosticismo débil) esta falta de certeza o conocimientos es una postura personal relacionada con el escepticismo. En otras versiones (agnosticismo fuerte) se afirma que el conocimiento sobre la existencia o no de seres superiores no sólo no ha sido alcanzado sino que es inalcanzable. Finalmente hay versiones (apateísmo) en las cuales se afirma que la existencia o no de seres superiores no sólo no es conocida sino que es irrelevante. En general, los agnósticos consideran que las religiones no son una parte esencial de la condición humana, pero sí de la cultura y de la historia humana.
Quienes profesan agnosticismo no son necesariamente antirreligiosos, siendo el tipo ideal respetuoso de todas las creencias que proceden de una reflexión individual y honesta, y no de un interés egoísta, de la desesperación o de la presión del entorno. El agnóstico entiende la fe sólo como una opción personal de cada individuo, que él no comparte.
Los servicios de investigación demográfica normalmente incluyen a los agnósticos en la misma categoría que ateos y personas no religiosas, aunque esto puede ser engañoso dependiendo del número de agnósticos teístas que se identifican primero como agnósticos y en segundo lugar como seguidores de una religión particular.
El teísmo condena por lo general al ateísmo como inmoral, por no aceptar el fundamento de la moral teísta: los mandatos morales de la divinidad. La diferencia fundamental entre la moralidad teísta y la ateísta, es que la primera emana de la autoridad divina, mientras que la segunda es el producto de reflexiones personales o de la simple obediencia de las normas sociales.
Algunos teístas consideran al ateísta incapaz de integrarse correctamente a la sociedad, por no someterse a los mismos principios morales que comparte la mayoría teísta, o incluso por el hecho de no creer; y en algunos casos, los ateístas afirman que la moralidad teísta no fue correctamente razonada. La mayoría de los ateístas rechaza acusaciones teístas, y consideran su propia moralidad, de carácter generalmente racional, como más válida que la moralidad teísta.
No todos los ateístas sostienen que deben imponerse sus ideas, ya que varios son defensores del librepensamiento.
El ateísmo comúnmente se sirve de una profunda crítica a la religión para defender sus posturas, que contrastan con las religiosas.
En su sentido filosófico más estricto, el ateísmo incluye a aquellas personas que declaran no creer en ningún dios determinado (como Brahma o Alá), pero creen en lo sobrenatural, como el Ki japonés o la astrología. Es importante distinguir el ateísmo de la falta de religión, ya que existen religiones que niegan o no mencionan la existencia de dios alguno, y que por consiguiente, son ateas. Sin embargo, en el uso popular de la palabra estas personas están excluidas, ya que la cultura popular considera a veces el ateísmo como sinónimo de escepticismo científico o librepensamiento.
El término proviene del adjetivo griegoαθεος (azeós) , que significaba ‘sin dios’ (en cualquiera de los dos sentidos, de no creer en uno o más dioses o de no venerarlos debidamente); siendo a la partícula negativa ‘no’ o ‘sin’; y theós: ‘dios’ (literalmente Zeus). Esta letra theta (θ Θ) griega se pronunciaba como la zeta de los españoles; justamente, en el alfabeto fonético la zeta española se representa con esa letra θ. En cambio, la dseda griega (ζ Ζ) se pronuncia como una mezcla de D con Z.
El ateísmo es liberador, enseña a disfrutar libre y responsablemente de la vida aquí en la tierra y a superarse para hacer del mundo y de la sociedad, gracias al propio esfuerzo, un hogar acogedor y digno, un lugar donde todos seamos capaces de vivir una vida mejor.
Si os seduce esta idea, os invitamos a descubrir en estas páginas un reto, un estímulo, un gran proyecto, una ilusión. Asimismo, recomendamos que no prosigan su visita aquellos que no estén interesados en un mundo menos dogmático e intolerante. No pretendemos ofender a nadie, pero entendemos que ciertas personas con creencias fuertemente arraigadas pueden sentirse molestas al navegar por nuestras aguas.
Bienvenidos al mundo del ateísmo, al mundo de los que han decidido dejar de ser esclavos de la religión para ejercer su propia libertad. El ateísmo es la filosofía de aquellos que consideran que no hay ninguna razón para aceptar que, más allá de la realidad material, existen seres de una naturaleza distinta y superior a la humana, en los cuales se encuentra el origen y el sentido de nuestra existencia.
Pero también es mucho más; es una actitud mental positiva que promueve la libertad de conciencia y que estimula el conocimiento, que busca establecer un estilo de vida basado en la figura del hombre como motor del progreso y del bienestar, que alienta a desarrollar un sistema ético que fomente el respeto mutuo, la comprensión y la tolerancia, la responsabilidad de todos con ellos mismos, con la sociedad y con el mundo. Es, en definitiva, una forma de pensar que ama la vida y que rechaza el temor y el espíritu de sumisión que se esconde detrás de los dogmas y creencias de las doctrinas religiosas.